martes 6, diciembre 2022

Corte flexible de biocombustibles: lidiando con el dilema de la seguridad energética y alimentaria en Argentina

Expone Juan Ignacio Mercatante

Fecha 

12 de Diciembre de 2022

Hora

10:00 Hs.

Modalidad Presencial 
Lugar

Edificio Anexo/ FCE-UBA

Organiza

IIEP Baires UBA Conicet

Más Información

 

Los biocombustibles son una fuente de energía alternativa, renovable y menos contaminante que los combustibles tradicionales. Sin embargo, su producción está fuertemente ligada a las condiciones de acceso a los alimentos ya que requiere el uso de insumos primarios que podrían utilizarse alternativamente para la elaboración de productos alimenticios.

La política más aplicada en todo el mundo con respecto a los biocombustibles es el corte obligatorio de combustibles y biocombustibles en una proporción fija establecida por la ley. Este trabajo estudia un cambio en la política de biocombustibles: el corte flexible. La idea detrás de esta propuesta es explotar la sustitución entre combustibles fósiles y biocombustibles para mejorar el desempeño productivo, distributivo y ambiental de la economía. También se aborda el impacto del corte flexible en términos de seguridad energética y acceso a los alimentos.

La primera pregunta de investigación es: ¿cómo funciona la mezcla flexible en comparación con otros mandatos de biocombustibles en un escenario de business-as-usual? La segunda es: ¿cómo reaccionan este tipo de mezclas en diferentes contextos? Particularmente, se evalúan cuatro escenarios: (i) un aumento en el precio internacional del petróleo, (ii) un aumento en el precio internacional de los commodities agrícolas, (iii) un impuesto al carbono y (iv) una caída en la productividad del sector agrícola (por ejemplo, sequías o inundaciones). Para ello, se desarrolla un modelo de Equilibrio General Computable calibrado con una Matriz de Contabilidad Social de Argentina de elaboración propia en 2018.

Los principales resultados sugieren que una combinación flexible tiene un impacto positivo en la actividad económica y el bienestar de los hogares. Además, mejora las condiciones de acceso a la energía y los alimentos de los hogares. Finalmente, esta política energética flexible permite amortiguar los efectos no deseados de diferentes shocks externos y otras políticas domésticas.