Cómo revertir la dolarización: hacia un peso digital y una moneda regional

Cómo revertir la dolarización: hacia un peso digital y una moneda regional

El autor analiza el grado y las consecuencias de la dolarización en el mundo y las perspectivas existentes para el caso de la Argentina. Además, expone una alternativa para reintroducir una moneda nacional digital que permita desandar la dolarización y ser un instrumento de ahorro en el mediano plazo.

| Por Alejandro Vanoli |

Dolarización

El presidente Milei propuso en la campaña electoral una dolarización unilateral de la economía argentina, como propuso en su momento Menem en 1999, aunque el proyecto no concita el apoyo popular y ni siquiera el de economistas ligados al establishment. En 2024 tanto Gita Gopinath, subdirectora gerente del FMI y que reportaba a la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, señaló sus reparos. La administración Trump no se opone explícitamente pero tampoco brindó ningún apoyo al proyecto.

La dolarización unilateral es un régimen monetario que implica la desaparición de la moneda nacional y la adopción del dólar como única moneda de circulación legal en el país. Este régimen solo está vigente en menos de 12 países en el mundo. Salvo Hong Kong en origen ninguno relevante.

Para los defensores de la dolarización, se eliminaría el riesgo cambiario, la inestabilidad financiera y la inflación suprimiendo la moneda nacional.

Si se analiza la experiencia de Ecuador y El Salvador, países de la región que adoptaron el dólar como moneda en los últimos 20 años, fuera de Panamá que dolarizó en 1903 a instancias de EE.UU., no se observan ganancias en crecimiento, en equidad ni en sector externo en los 20 años de dolarización.

Más allá de que una dolarización total implicaría una gran devaluación (no menor al 100%), fuera de cuestiones coyunturales la dolarización agravaría una serie de problemas estructurales de la economía nacional.

El gobierno está introduciendo una dolarización gradual “endógena”, facilitando la circulación de dólares en la economía e introduciendo un nuevo blanqueo de hecho, luego del que tuvo lugar en el cuarto trimestre de 2024. Lo cierto es que la “escasez” de pesos es funcional a una estabilización en el corto plazo, pero la dolarización tiene profundos costos en la economía. Mencionaremos cuáles son algunas de las consecuencias negativas.

Pérdida de instrumentos para reducir los shocks internacionales

Una dolarización implica renunciar a instrumentos de política monetaria y cambiaria que permiten amortiguar shocks y hacer políticas anticíclicas. En Argentina vivimos la convertibilidad entre 1991-2001 como una “dolarización parcial”.

Las crisis han demostrado que los países con mayores instrumentos de política pueden atravesar mejor las crisis globales. La depresión estructural de Grecia atada al euro sin poder devaluar para mejorar su competitividad es un claro ejemplo de una trampa que perpetúa el estancamiento y el endeudamiento.

No reduce totalmente la inflación

La dolarización no reduce “per se” la inflación. Los precios de los bienes y especialmente servicios no transables y las claras diferencias de estructura de mercado impiden un ajuste automático de los precios a la inflación de EE.UU.

El país pierde competitividad

Por otra parte, se queda atado al ciclo de los Estados Unidos o del país de la moneda patrón sin poder compensar los efectos de devaluaciones o apreciaciones de dicha moneda. La dolarización impide tener ganancias de competitividad, situación que puede agravarse si la productividad del país no supera a la del principal país hegemónico, que cuenta con una supremacía militar, financiera y tecnológica para ser muy productiva.

La experiencia de la convertibilidad, exitosa para bajar la inflación, pero muy negativa en términos de desempleo estructural, distribución del ingreso, déficit fiscal y externo, además de endeudamiento, es claramente ilustrativa.

No reduce la restricción externa

Así la dolarización no reduce la restricción externa al desalentar las exportaciones, suprimiendo el síntoma de los desequilibrios, en este caso el tipo de cambio, pero no el problema estructural.

Se genera fragilidad en el sistema bancario

Con la dolarización no habría un prestamista de última instancia, lo que impide reducir el riesgo sistémico del sistema financiero, ya que es imposible que el Sistema de Reserva Federal acepte ser prestamista de última instancia del sistema financiero argentino como no lo es de otros países.

No soluciona el tema fiscal ni la presión de la deuda

La dolarización tampoco resuelve de por sí los desequilibrios fiscales, ligados al crecimiento de la economía que depende del consumo, inversión y exportaciones, factores de demanda que se verían comprometidos por la dolarización. Desaparecen los ingresos por señoreaje y tampoco soluciona los problemas de endeudamiento ni el riesgo de default.

Por el contrario, la principal ventaja de la remonetización en pesos es que permite que el gobierno recaude ingresos por señoreaje sin producir inflación.

 

Como podemos observar, el gobierno de Milei está introduciendo una dolarización progresiva desde fines de 2023, donde los costos y consecuencias negativas citadas ya se están observando y se introducen restricciones graves a futuro. Incluso, además de inducir una dolarización del endeudamiento privado, analiza permitir la dolarización del endeudamiento de las familias, lo que generó un alto costo de pesificación en 2002, ante la virtual quiebra de empresas, bancos y personas al producirse una devaluación inevitable.

Por lo demás, como señalamos, la dolarización solo podría ser posible con una maxidevaluación que licuaría sustancialmente los ingresos populares, generando una crisis social sin precedentes, espiralizando la inflación y luego cristalizando un país fracturado, con desaparición de sectores productivos con valor agregado y aumentando la pobreza y la desigualdad, además del impacto de un mayor peso de la deuda por la devaluación.

Sí es necesario un plan de estabilización que ataque todas las causas de la inflación y que se avance en un proceso de remonetización de la economía y recuperación paulatina del peso como reserva de valor. Es necesario recuperar la moneda nacional y no dolarizar la economía ni mucho menos una dolarización monetaria plena.

En una primera fase la recuperación del peso como una moneda de ahorro requiere un proceso de indexación exitoso que permita dejar de usar el dólar como moneda de ahorro e introducir gradualmente el uso del peso para transacciones de gran valor (ejemplo, compraventa de propiedades).

Paralelamente a este paso se puede desincentivar el uso de dólares como circulante y reducir la dolarización del sistema financiero local, además de desdolarizar gradualmente la deuda pública y privada.

Este es el camino que transitaron Brasil y Chile luego de procesos de elevada inflación, que mantienen sistemas financieros en moneda local y que permitieron, a diferencia de países que dolarizaron, sostener procesos de crecimiento y de mayor equidad.

La introducción de un dinero centralizado digital (CBDC) en el marco de un plan de estabilización y crecimiento que revierta las expectativas devaluatorias y dolarizadoras puede ser la bala de plata de la Argentina para revertir el actual contexto de elevada inflación con recesión. Veamos qué son los CBDC.

Dinero digital centralizado

Una moneda digital centralizada o CBDC (Central Bank Digital Currency) es la moneda de curso legal en formato digital y es emitidas y controlada por el gobierno y el Banco Central. Su valor está dado por la autoridad que la emite y respalda, no por los usuarios.

Son centralizadas porque:
● Concentran y deciden sobre la emisión, el valor y la red de distribución.
● Concentran todo el control y gestión de la red.

Las CBDC son un instrumento financiero digital para ser utilizado como medio de pago con estándares elevados de seguridad, pudiendo identificarlo de tal forma que no pueda ser falsificado.

Pueden ser transferidas de manera inmediata a nivel nacional como internacional, disminuyendo y eliminando muchos costos de transacciones que hoy en día existen en el sistema tradicional, permitiendo además la inclusión total social financiera.

Ventajas de las CBDC

● El reemplazo del dinero en efectivo eliminaría los costos de todo el proceso de producción y de impresión de billetes y monedas. El traslado y la custodia.
● Se podrían eliminar intermediarios, permitiendo que muchas liquidaciones sean en tiempo real, mejorando la transparencia.
● Reducción de costos en las transacciones tanto locales como internacionales.
● Eliminación de costos en cajeros por el retiro del efectivo.
● Realizar transacciones 24/7 mucho más rápido y de manera inmediata.
● El Banco Central dispondría de manera detallada el monto del circulante de la CBDC, facilitando la gestión en las políticas monetarias evitando volatilidad.
● Permite la inclusión social en el sistema financiero y que los subsidios lleguen a las personas que lo necesitan.

Las monedas centralizadas digitales en el mundo

Cuatro países han lanzado ya CBDC (China, Jamaica, Bahamas y Nigeria) y otros 44 están trabajando en proyectos piloto, de entre los 106 que tienen algún proyecto. Estados Unidos venía trabajando en un dólar digital pero con la llegada de Trump se abortó la idea. Milei, como Trump, señaló que la Argentina no tendrá un CBDC.

La primera moneda digital emitida es el RMB de China a mediados del 2021. Y en abril de 2022 tres bancos centrales emitieron su CBDC: el Banco Central de las Bahamas con el Sand Dollar, el Banco Central del Caribe Oriental con DCash y el Banco Central de Nigeria con e-Naira.

Para los próximos años está en agenda la llegada CBDC del Banco Central Europeo y del CBDC de Rusia. En Sudamérica, Brasil tiene un proyecto (DREX) que inició su prueba piloto en febrero de 2025.

Varios países realizaron pruebas como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos que en 2020 emitieron una moneda digital, Aber, para realizar transferencias de dinero entre bancos.

Otro caso es el de Uruguay: el BCU realizó la primera prueba piloto del mundo en 2017 durante seis meses y con una emisión de $20 millones de e-Pesos, alcanzó a 10.000 personas y fueron usados para transferencias y pagos, el resto quedó en bóveda virtual.

CBDC China

El renminbi digital eCNY on shore es emitido por el PBOC desde abril de 2021, fue puesto a prueba y hoy es negociado por instituciones y se utiliza para los pagos minoristas dentro del territorio de China.

El renminbi digital eCNH offshore se desarrolló inicialmente para facilitar los pagos en el comercio internacional actualmente con pruebas desde la zona franca de Shanghai. En marzo de 2025 China activó el CIPS (Cross Border Interbank Payment System), un sistema de pagos que permite efectuar pagos transfronterizos con yuanes digitales. Una red que incluye a 10 países de la ASEAN y seis países de Medio Oriente, todos en conjunto representan el 38% del comercio mundial, en un sistema más eficiente que el tradicional SWIFT de Occidente.

Situación argentina

Más allá de las posiciones de Milei, la Argentina había dado un paso en la incorporación de nuevas tecnologías: facultó a la Casa de la Moneda a emitir monedas digitales a través del decreto 207/2022, publicado el 27 de abril de 2022.

A partir de esa decisión el gobierno podría emitir su CBDC y la Casa de la Moneda entre algunas facultades queda habilitada para:
● Desarrollar, gestionar y operar software para: certificaciones digitales, y operar bases de datos centralizadas y descentralizadas y plataformas transaccionales de todo tipo.
● Efectuar la administración de servicios transaccionales y la gestión y ejecución de pagos y/o cobranzas por cuenta y orden de terceros a través de plataformas transaccionales o de cualquier otro medio.
● Efectuar la gestión, administración y transmisión de servicios y bienes digitales y el procesamiento e intercambio digital de datos y cuentas.

Estas facultades le permitirían tener un control más profundo y detallado de las tenencias de dinero y de las operaciones, ya que tendría acceso a los datos de las cuentas de los argentinos. De esta manera sigue manteniendo el control la institución y no los usuarios.

Para el desarrollo de los CBDC se puede utilizar tecnología blockchain. La misma que se usa en las transacciones de las criptomonedas, pero desarrollada para que el Banco Central pueda mantener el control.

En un mundo donde varios países introducen una moneda digital centralizada, la Argentina tiene una oportunidad de recuperar su moneda.

Se requiere por cierto de un programa económico sustentable, así la Argentina podría introducir un peso digital. Un CBDC argentino que permitiría revertir la dolarización, combatir la evasión impositiva y así generar recursos para estabilizar, estimular la economía y asegurar un proceso de inversión y recuperación de los bienes públicos.

¿Hacia una moneda del Mercosur?

Para pensar en la introducción de una moneda regional en la que participe la Argentina, se supone que el país evitará una dolarización total y primero fortalecerá su moneda con un plan de estabilización que pueda combatir la inflación, pero en el marco de un proceso de desarrollo.

Si bien una moneda común permitiría ganar grados de libertad en soberanía monetaria, desdolarizando las economías, los tiempos y formas de instrumentación son críticos para evitar situaciones de crisis.

Así debería analizarse cuidadosamente las etapas para llegar algún día a una moneda común en condiciones de mayor simetría entre los países, evitando reproducir los mecanismos que aun en la Europa desarrollada generaron graves crisis en países como España, Portugal, Italia y Grecia.

Quedar pegado a una moneda supranacional que no se controla puede generar mayores problemas para tener una política monetaria y cambiaria que sirva a las necesidades nacionales hasta tanto no se sincronicen los ciclos y se reduzcan las asimetrías, contemplando factores sociales, culturales e institucionales sin reduccionismos economicistas ni una supuesta disciplina de mercado que genere tensiones económicas y no paradojalmente financieras.

Especialmente esto es crítico si no se dispone de fondos comunitarios para compensar desequilibrios externos. Es muy difícil que las potencias regionales puedan fondear transferencias fiscales para compensar desequilibrios que una moneda única genere si el espacio económico no está verdaderamente integrado.

Consideraciones finales

El gobierno está introduciendo una dolarización parcial que puede derivar en una dolarización plena, mantiene un ancla cambiaria con un tipo de cambio retrasado que provoca, en el marco de una apertura comercial a contramano del mundo, un déficit externo creciente, que sostiene con endeudamiento, blanqueos y carry trade con consecuencias graves para la economía nacional como vimos con las políticas económicas de la dictadura militar en los años 70, en la década de los 90, en el gobierno de Macri y ahora con la gestión de Milei.

Así el gobierno va desmontando la posibilidad de generar un modelo productivo que genere dólares genuinos y desmonta políticas e instrumentos que permitan administrar las crisis.

Un tema crítico es que el gobierno atrasa el tipo de cambio y no compra reservas. La emisión de pesos por compra de reservas no es inflacionaria porque, por lo general, es la contrapartida de la demanda de pesos.

La dolarización también va a contramano de un mundo que va desdolarizando las corrientes de comercio, inversión y ahorro dada la pérdida de hegemonía por parte de Estados Unidos en relación a China que surge como potencia dominante y por las sanciones que aplica Estados Unidos a diversas naciones, que ponen en riesgo sus reservas e inversiones a nivel global. Como vimos, China ya activó una alternativa global: el CIPS.

Como se vio en este artículo, la introducción de una moneda nacional que pueda servir como unidad de cuenta, medio de pago y reserva de valor es un paso necesario en el marco de buenas políticas que sean sustentables. Un paso previo a una integración regional que permita potenciar una política de desarrollo que culmine en una moneda regional y un espacio político y económico integrado en América del Sur.

Autorxs


Alejandro Vanoli:

Licenciado en Economía. Profesor asociado de Economía Internacional y titular de Finanzas Internacionales FCE UBA 1995-2016. Director de Synthesis Argentina. Ex presidente del Banco Central de la República Argentina 2014-2015. Ex presidente de la Comisión Nacional de Valores 2009-2014.