
| Por Hugo Andrade y Joaquín Salzbergi | Ante la explosión en la matrícula de educación superior de los últimos veinte años, los países de la región deben garantizar la universalización del ingreso, teniendo en cuenta las necesidades de los grupos excluidos y sus condiciones de origen, y generar los medios para superar la desigualdad y alcanzar el desarrollo con inclusión social.