jueves 7, julio 2016

El Bicentenario no sólo es pasado, es presente y futuro.

 Por el Prof. Dr. César H. Albornoz – Decano de la Facultad de Ciencias Económicas UBA

En este Bicentenario tenemos la ocasión de renovar nuestro compromiso nacional armonizando los valores espirituales con los materiales y los derechos del individuo con los derechos de la sociedad. Siendo capaces de concebir una ética de nuestra responsabilidad social en base al cumplimiento acabado de la Ley y que esta sea aplicada con justicia.

Que se arraigue más y fructifique nuestra todavía joven y continuada democracia abierta en 1983, asegurando que se compartan los beneficios y los sacrificios equitativamente distribuidos.

Que nuestros gobiernos democráticamente elegidos comprendan a la Nación como una unidad generosamente abierta con espíritu universalista pero sin borrar su memoria histórica e identidad.

A 200 años de la declaración de la independencia podemos forjar acuerdos básicos que nos permitan compartir un núcleo de ideas y una visión de país que posibilite un nuevo Proyecto Estratégico de Nación, superando el estado de anomia y fractura social que ha imperado durante parte de nuestra historia. Hay que repensar las instituciones y el marco político del país; hay que discutir no sólo adónde se quiere llegar, sino también cuáles son los caminos más aptos, compartidos y justos para la inmensa mayoría de los ciudadanos.

En definitiva, una comunidad organizada en que el individuo posea realmente algo que ofrecer e integrar al bien general, y no sólo presencia muda y temerosa. La celebración del Bicentenario es una oportunidad de ir construyendo para las generaciones futuras que nos sucederán.